El legendario asesino de Nintendo Switch, el hardware más esperado de Valve, el ordenador portátil Steam Deck, ha caído en nuestra mesa de análisis. Llegará a los consumidores en 2022 y ya ha vendido 5 millones de copias. Aunque Valve ha intentado varias veces conquistar el mercado del hardware, hasta ahora ha obtenido resultados dispares. En el caso de la Steam Deck, en cambio, ha tenido bastante éxito, pero ¿merece realmente la pena comprar el hardware y rinde bien con cientos de horas de juego? Eso es lo que hemos probado y te mostramos hoy.
Configuración
Una vez encendido el hardware, la consola nos pedirá que seleccionemos un idioma, introduzcamos una contraseña WiFi y conectemos una cuenta de Steam. Tras esta breve introducción, podremos descargar inmediatamente el juego y sumergirnos en el mundo virtual, sacando el máximo partido al dispositivo.
Rendimiento
En términos de compatibilidad, la consola funciona bien con el ecosistema de juegos de Steam y permite jugar a muchos títulos de primera línea, de la talla de Dark Souls, Dying Light, Battlefield, The Witcher, Doom, etc. El Steam Deck tampoco nos decepciona con la calidad de sonido de los altavoces integrados. Los juegos se ejecutan magníficamente, a menudo con los ajustes más altos posibles y con la sensación de estar jugando en un PC en toda regla: sin cortes y con fps que oscilan entre 50 y 60 frames, es un resultado fenomenal para un hardware portátil. Por supuesto, la calidad de imagen no es tan buena como en un monitor de alto rendimiento, pero no podemos ver esto como una desventaja, sino sólo como una constatación de que sigue siendo un dispositivo portátil. Recordemos que también habrá juegos que aún no sean compatibles con Steam Deck, pero a menudo se trata de títulos de nicho, y todos los superventas que conocemos deberían funcionar sin problemas, y a veces simplemente usaremos la pantalla táctil para hacer clic en los menús de un juego. Con títulos exigentes, la batería te lo hará saber y puede reducir rápidamente el tiempo de ejecución de 8 horas a 2 - 3, pero esto es sólo una pequeña gota en el mar general de ventajas. No obstante, Steam Deck satisface perfectamente las necesidades de los jugadores que necesitan un pequeño monstruo potente para jugar en movimiento, en el aire o en casa. Su precio, que parte de unos 2.000 euros, no es desorbitado. En los ajustes de hardware, tenemos la posibilidad de manipular el brillo de la pantalla, para poder utilizarla en cualquier condición. Los botones de función hacen un trabajo excelente, y el trackpad hace un buen trabajo para navegar por la pantalla y navegar por la biblioteca de juegos. Además, la pantalla es táctil, lo que permite utilizarlo como una tableta. Bumpers - dan mucha diversión y la sensación de sostener un pad tradicional, y su colocación permite muchas posibilidades. Si 512 GB se nos quedan pequeños, el fabricante nos ofrece una ranura para ampliar la memoria con más gigabytes de memoria externa.
Resumen
La interfaz, así como el propio entorno de juego, crean una atmósfera agradable para el jugador que permite absorber cada minuto de juego con una agradable inmersión. Valve sigue desarrollando el software y añadiendo más títulos verificados a la lista de aplicaciones, lo que permitirá un uso prolongado del mazo de Steam y nuevas descargas frecuentes. En el lado negativo, la corta duración de la batería, que puede morir sin más, y la resolución más bien baja de la pantalla... bueno, a uno le gustaría más. Sin embargo, entre otras cosas, el gran número de botones y la sujeción del dispositivo son fabulosos, y la gran pantalla junto con los buenos altavoces funcionan bien juntos. Seguro que esta potente consola gustará a los jugadores más exigentes, o a los que necesiten algo más pequeño que un portátil pero igual de potente. La Steam Deck se está vendiendo como rosquillas, y Valve promete superar las cifras de ventas del año pasado. No es de extrañar, ya que el hardware es insuperable.